
Fue una difícil hacer una elección sobre la foto que deseaba subir, ya que a pesar de tener una variedad de ellas, ninguna tiene una real importancia, ni siquiera un significado que represente algo para mi, es decir, no hay una historia detras de ellas. Algo más que debo agregar, es la razón de que aparezca de espalda, las unicas fotos que son de mi agrado son en las que no aparece mi rostro. ¿Por qué? Esa es una pregunta que no sé contestar.
Esa foto me la tomaron en las vacaciones de verano en Monterrey. Como seguramente ya lo habrán notado, al fondo de la imagen se ve el supuestamente "famoso" cerro de la silla. Hay una historia quizá graciosa que quisiera contar, cuando me contaron sobre el cerro, yo me imagine un cerro con forma de silla rustica. Cuando llegamos y la vi, no pude evitar comentarle a las 15 personas (aproximadamente) que me acompañaban el tipo de silla que me había imaginado. Ya podrán darse una idea de el ridículo que hice.
Fue un viaje agradable, comí mucho y muy bien, en Monterrey son de buen comer y saben cocinar cosas deliciosas, ademas las mujeres son muy bellas. ¡Debo admitir que no pude evitar voltear a ver a tantas como me fue posible!. Pero como en todas las historias reales, no todo es felicidad, y este viaje me trajo algunos problemas en mis relaciones personales y otro tanto al monton de pensamientos desagradables que me invaden día con día.
Hum, estoy seguro de que omití muchas de las cosas que habían aterrizado a mis pensamientos mientras escribía pero desafortunadamente ya las olvidé, asi que de esta forma concluiré.
Esa foto me la tomaron en las vacaciones de verano en Monterrey. Como seguramente ya lo habrán notado, al fondo de la imagen se ve el supuestamente "famoso" cerro de la silla. Hay una historia quizá graciosa que quisiera contar, cuando me contaron sobre el cerro, yo me imagine un cerro con forma de silla rustica. Cuando llegamos y la vi, no pude evitar comentarle a las 15 personas (aproximadamente) que me acompañaban el tipo de silla que me había imaginado. Ya podrán darse una idea de el ridículo que hice.
Fue un viaje agradable, comí mucho y muy bien, en Monterrey son de buen comer y saben cocinar cosas deliciosas, ademas las mujeres son muy bellas. ¡Debo admitir que no pude evitar voltear a ver a tantas como me fue posible!. Pero como en todas las historias reales, no todo es felicidad, y este viaje me trajo algunos problemas en mis relaciones personales y otro tanto al monton de pensamientos desagradables que me invaden día con día.
Hum, estoy seguro de que omití muchas de las cosas que habían aterrizado a mis pensamientos mientras escribía pero desafortunadamente ya las olvidé, asi que de esta forma concluiré.
Jorge Méndez Garmendia
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